lunes, 5 de noviembre de 2007

Nelson Araya y sus Médicos descalzos






El pasado 6 de noviembre se presentó nelson Araya y sus médicos descalzos en la sala América de la Biblioteca Nacional. Agradecemos a quienes llegaron y quienes ayudaron a difundir esta presentación. (fotos gentileza de http://eldiscorayado.blogspot.com/)

miércoles, 23 de mayo de 2007

Grupo Agua

Nelson Araya, voz, guitarra, mandolina (1973 - 1981 / 1999)
Leopoldo Polo Cabrera, voz, guitarra, charango (1973 - 1981)
Nano Stuven, flauta (1973 - 1981)
Oscar Ratón Pérez, guitarra, mandolina (1976 - 1981 / 1999)
Pedro Jara, percusión (1978 - 1981)
Roberto Lacourt, saxo, flauta (1980 - 1981)
Marco Luco, bajo (1980 - 1981)
Leo Cereceda, bajo (1999)
Lucho Martínez, percusión (1999)

Agua fue uno de los conjuntos queridos en Chile y Brasil de los setenta y ochenta. Dejaron dos discos (Transparencia" y "Amaneceres") que son piezas de museo a las que ninguna casa editora ha sometido a reediciones digitales.

El grupo recorrió el continente moreno, buscando la raíz, al mismo tiempo que en Europa, Ángel e Isabel Parra y tantos otros, difundieron la música chilena en sus exilios.

El conjunto emergió como una expresión nueva en 1974, liderados por el compositor y voz Nelson Araya, también componía Leopoldo Polo" Cabrera", y participaron Nano Stuven, Oscar Pérez y José Pedro Jara. Todos sintonizaron con el rock y fueron precursores de la llegada de la "onda brasilera" a Chile. Debutaron en Lo Barnechea en el escenario del Teatro Parroquial. En 1975 partieron de gira para "captar el espíritu de la música andina" y recorren Bolivia, ofreciendo recitales en plazas, peñas, y calles. Entregaron su experiencia en minas, barrios apartados y circos. En 1976 se trasladan a Perú de donde queda la huella en la canción "Cantito al Sol", referida a las montañas, alas altas cumbres y al sol.

Agua continúan una suerte de peregrinación hasta Ecuador, alternando con poetas, músicos y brujos para indagar en lo mágico, en los misterios de la selva y en la altitud mística del vivir andino.En 1976 ya en Ecuador, actuaron en Quito y Guayaquil, se internan en la selva y regresan a Perú. Desde Bolivia arriban a Brasil y se presentan en el Teatro Municipal de Campinas, en Sao Paulo. Luego, siguen rumbo a Brasilia y a Río de Janeiro. Cuando se encontraban en esa ciudad realizando canciones promociónales, el músico brasilero Milton Nascimento los invitó para intervenir con cuatro temas ("Caldera", "Promesas del Sol", "Minas" y "Volver a los 17" con Mercedes Sosa) en el disco "Geraes", cuyo tiraje alcanzó un millón de copias.


En 1978 el sello Som Libvre los contrata para grabar el Long Play "Transparencia", calificado como el mejor disco del año.

Siguen de gira por Brasil incorporando instrumentos, ritmos y tradiciones a su repertorio. En 1979 tras una gira por el nordeste brasilero regresan a Río donde son invitados a grabar con Ney Mattogrosso, una de las figuras más relevantes de la música popular brasilera.

Agua continúan sus presentaciones alcanzado gran popularidad en Brasil y cautivando a otros artistas que los incitaron a grabar con ellos, como Denisse Emmer, Moraes Moreira y otros.



Después de cuatro años de residencia en Brasil regresaron a Chile a fines del año 1980 para dar cuatro conciertos en el Galpón Los Leones, y en 1981 el grupo es invitado por el sello SYM de Chile para grabar el segundo LP, "Amaneceres", un trabajo que recopila el repertorio de los tres años anteriores. Además, se presentaron en la competencia folclórica del Festival de Viña del Mar, donde fueron finalistas. Al año siguiente vuelven a Brasil.

Agua cantó a los ciclos del agua en temas como "El Colibrí", y “El Guillatún”, al tiempo para mirar el cielo en "Silba y Camina", al ciclo de la semilla en "La Semilla", a Los Andes ecuatorianos, al Sol. La combinación sonora de acento latinoamericano reunió a este grupo de jóvenes que buscaron a través de la música una hermandad, combinando los colores del tiple (colombiano) la mandolina, flautas traversas, quenas, tarkas y otros instrumentos andinos.



Luego de su residencia en Brasil siguieron sumando colores con la rabeca, la viola caipira, el cavaquinho, birimbau, y un sin número de instrumentos de percusión. Además usaron el arpa paraguaya, el violín, el charango, el bombo y muchos más. Todos en un repertorio que combinaba sus creaciones con temas de Los Jaivas, Violeta Parra y otros.


fuente:www.musica.cl

lunes, 21 de mayo de 2007

Nelson Araya - Los colores de América Latina (entrevista primera parte)

Nelson Araya, el del "Agua" y “La Luna Llena"

Cómo no recordar esa samba del grupo Agua!, que decía suavecito: "Era la luna llena que asomaba su carita en la cordillera, eran los mil colores que tenía su carita la noche aquella". Se llama “La Luna Llena” y fue compuesta por Nelson Araya. La melodía llegó a ser emblema en los ochenta justo cuando el conjunto Agua se evaporó.

El solo hecho intercambiar algunas palabras con Nelson Araya produce un estallido de colores, parece que los lleva en la voz, como dispuesto a iluminar un tiempo presente en que la epidemia de la nostalgia contamina el planeta. Él es como de otro tiempo, uno tiempo de sueños de paz.

"Soy de la generación del 55, igual que Tita Parra. El filósofo Martin Hopenhayn tiene un escrito acerca de esta generación 'colgada', en broma habla que no somos ni chicha ni limoná, eso significa que quedamos “entremedio”. Desde el rock hacia delante hay una memoria potente, Los Jaivas ahora son un mito. Nosotros con el Agua teníamos el sueño de recorrer otros países, era parte de nuestro itinerario colectivo. A mí Los Jaivas me dieron vuelta la cabeza cuando era muy adolescente con sus rutas experimentales. El “Polo” (Cabrera) había tocado con Los Jaivas el "Mira Niñita", había parchado al Quilapayún, él era mayor diez años, era de la otra generación, los demás del Agua éramos más chicos y absorbíamos eso pero sin la carga política, que era necesaria pero nos tenía medio aburridos. Fui un joven de la década del setenta", recuerda Araya.



Los colores de América Latina

¿Agua es de los conjuntos chilenos de los setenta y ochenta que trabajó la improvisación?

Sí, tratábamos de buscar nuestro lenguaje en una indagación experimental sonoro, poética, anacoreta pero al mismo tiempo se contraponía con el tocar en placitas en el café de Vitacura, que era trono de los siloístas. Hubo fotos en que salían las metralletas de los milicos y nosotros tocando atrás.

¿De dónde venía la inspiración?

Tuvimos como referencias a Julio Villalobos, a Congreso pero lo primordial fue Violeta Parra, ahí está el mensaje de la búsqueda.

¿Qué los diferenciaba de Los Jaivas?

Los Jaivas tenían esa cosa sinfónica del rock, nosotros éramos una camerata con flautas dulces barrocas y siempre guitarra y charango y guitarrón, no teníamos eso de los teclados y la batería. La fuerza del rock si la teníamos, eso entre rabioso y tierno. Los hijos de exiliados se ríen, como los Huaika, que nos decían que sus papás los hacían dormir con nuestros discos, para la gente de izquierda el Agua es algo muy de la niñez.
Usaban gran colorido instrumental, para quienes los vimos era un contraste fuerte con el panorama de acá.
Estábamos convencidos de que viajábamos en una pequeña nave entre todo el dolor que había. Queríamos guardar un espíritu que había quedado flotando, que no se había muerto.

¿Te refieres al espíritu de una época?

Sí, de una búsqueda de nuestra identidad, eso que nos une a Los Jaivas y a toda la gente que estuvo en ese camino.

¿Cómo entiendes esa identidad?

Ahora, se ve que resurgió la Nueva Ola y es algo súper anglosajón, en esa época era trasgresor cantar en castellano, la Violeta con su charango era trasgresora, para nosotros ella era un modelo. La imagen del grupo era una cosa bucólica y musical, nunca proyectamos una imagen política.
Ustedes se quedaron en el continente...
Nosotros pagamos el precio de haber estado fuera como autoexiliados, y eso se cobra caro cuando vuelves a la patria. Hay grupos que estuvieron al alero de la clase política que los mantuvo en el tiempo y tuvieron ayuda.

¿Los Agua son como los abuelos de la World Music en Chile?

Sí, absolutamente. Todo lo recopilamos del cono sur, trajimos instrumentos, ritmos y formas que luego registramos en el primer disco. Lo experimental estaba en el segundo disco, ahí se usó el birimbau, la caipira y el charango.

¿Quiénes usaban esos instrumentos en aquel tiempo?

Acá se conocía la quena, el charango, el tiple y la zampoña, pero no el birimbau ni la caipira. Por el '73 y '74 comenzamos a hacer música y en febrero del ‘75 estábamos en La Paz, Bolivia tocando en la Peña Naira, donde tocó la Violeta Parra (cuando fue en busca del “Run Run”, el quenista de Los Hairas), tocamos con Ernesto Cavour, el charanguista, tocamos en casinos universitarios y en la calle y de a poco fuimos integrando nuevos instrumentos.
Andrés Condon dijo que sentía nostalgia del conjunto Agua, que le gustaría verlo otra vez.
Andrés Condon grabó con nosotros "La Tonada". Ahora él está inmerso en el mundo de la World Music. Fue simbiótico. Todavía estamos en el inconsciente colectivo de este país. Me he encontrado con gente que es de mi generación y que tiene un recuerdo del Agua, era música chilena sin ínfulas de querer ser ni alternativa ni vanguardista, sino hacíamos música en forma pura, buscamos ritmos, colores y componíamos canciones que tuvieran que ver con nosotros. Hoy la música tiene mucha cosmética. El “Polo” era el maestro gráfico, hacíamos escenarios, escenografías, máscaras para hacer diabladas, proyectábamos diapositivas de América, chicharreábamos con Machu Picchu, uno quería ser hacer algo con identidad americana, estaba ese mito de las ruinas, la luna y los sueños.

¿Hoy qué te parece la escena?

Hay más músicos y están más preparados para enfrentar el medio, es bueno.

fuente: www.musica.cl

Nelson Araya - La Fama temprana y después...(entrevista segunda parte)

Autodefinido como "un músico intuitivo", Nelson Araya estudió canto en Brasil pero mantiene distancia con la gramática musical, prefiere ir a la fuente y sabe que conoció temprano el éxito artístico.
"Fui famoso a los 20 años con el Agua en un país enorme como Brasil, tocábamos con los mejores músicos, con Milton Nascimento, que grabó mi tema “Caldero”, tocamos con Caetano Veloso y otros. Tuvimos mucha suerte. Cuando caímos en Brasil había una apertura, además el grupo tenía una característica sonora y estuvimos vigentes allá desde 1976 hasta 1980.
¿Cuál es la trascendencia del Agua?

La búsqueda que tuvo y la música que hizo, el que haya instaurado una música que era como hippie, lana o charango lila.

¿Se sentían hippies, lana o charango lila?
No para nada, hubo una trasgresión que fue el haber hecho una música intuitiva, instalar una estética entre bucólica y rural, pero al mismo tiempo internacional. El Agua nunca fue un grupo tan arraigado a un sitio. Nosotros con simpleza hacíamos una música intuitiva, es difícil que surja en un grupo popular en que prevalezca la intuición como hilo conductor del trabajo creativo. Había una mística y no le poníamos el nombre del autor a las canciones, era para desprenderse un poco del ego, sólo le poníamos Agua.

¿Cómo asumieron la investigación musical con Agua?
Nunca fuimos puristas en la investigación sonora, escuchábamos a la gente, por ejemplo, en un funeral no grabábamos sólo escuchábamos. La música chilena no es solamente cueca y tonada. Tendríamos que conocer más nuestras raíces. Hay que aceptar que la música chilena es más diversa, vas naturalmente al amor, al cariño, al Sol, tomas agua cuando hay mucho vino, buscamos cosas naturales cuando necesitamos refrescarnos. Lo que necesitamos es un espacio donde eso suceda, no sacas nada con ganarte el Fondart si no hay lugares accesibles.

¿Cuándo terminó Agua?

El agua se evapora en el año 1981, ese año hicimos una gira al sur y el “Polo” y yo quisimos volver a Brasil, quedaron dos y así se terminó el Agua. Luego con “Polo” hicimos otro grupo con un panameño, un argentino y brasilero pero no fue lo mismo.

¿De ahí en adelante qué haces?

He trabajado con Marcela Rojas, Leo Cereceda, Fernando Soza, Oscar Pérez, a veces hacemos funcionar el Agua. Algunos músicos han grabado temas míos, como Jim Salestron que grabó "La Luna Llena" en inglés.

¿Tampoco estás en algún catálogo?

Tampoco. El mundo está lleno de catálogos. Agua fue un referente entre lo que fue la Nueva Canción Chilena y el rock, que era el Canto Nuevo y quedó como instalado en una música contestataria muy trans-histórica. A veces nos asocian al Canto Nuevo pero no tenemos nada que ver, porque no hay un referente urbano, tampoco hay algo contestatario.

¿Crees que ahora América sigue vigente?

Sí, aunque un poco manoseada. América sigue vigente, siempre hay un viejo yerbatero que te diga qué hacer cuando estás desesperado y no sabes qué hacer con tu vida.

¿De dónde te alimentas para hacer música?

Escucho todo tipo de música, escucho la Radio Concierto, la de la Universidad de Chile, apoyo el programa de música brasilera de la radio. La música es una elipse, una rueda que va girando incluso a veces a pesar de nosotros mismos, el sistema lo aplana, pero no hay que desesperarse

fuente www.musica.cl