martes, 24 de agosto de 2010

Nano Stuven, la flauta mágica del grupo Agua





Hola amigos y amigas del blog tributo histórico al grupo Agua. He tenido la oportunidad de un contacto vía e.mail con Nano Stuven, fundador del grupo Agua, a quien quiero agradecer por la correspondencia y por todo su aporte musical y humano.
No fue difícil establecer y mantener la comunicación con Nano, que siempre estuvo abierto y amable a contarnos algunos pasajes de su historia en el grupo Agua, que lamentablemente abandonara tempranamente. En estas cortas lineas el nos ira contando como nacio el grupo, como fueron sus viajes hasta llegar al Brasil, los tesoros que fueron descubriendo, su retorno a Chile, en fin...creo que para muchos y muchas sera interesante saber parte de esta historia, y en especial saber de Nano, no tan solo como músico, que como tantos otros han permanecido en el anonimato, sino que además saber de su persona, que es en definitiva lo que nos alienta y nos invita a la comunicación.

Les dejo a continuación la transcripción completa de los 4 correos de Nano:


(6 de agosto 2010)

Hola Edo, la santa paz primero...gracias por escribirme con cariño, también gracias por tu vocación, fomentar, apoyar y tomar en serio la música y sus efectos extraordinarios sobre toda forma de vida, es un trabajo admirable y necesario en un mundo metalizado y duro. Tu y yo sabemos que la música rompe cerrojos y llega donde es muy difícil hacerlo por otros medios, yo como creyente y cristiano, aprovecho de decírtelo, entiendo que hay una intención divina detrás de las emociones y de las notas musicales.

Bueno, te cuento que el grupo agua llegó a tener tanto impacto, que no fuimos capaces de lidiar con eso, al menos así fue para mi, y decidí desembarcar de la aventura, ya perdí la cuenta de los años. No tengo ningún documento de ningún tipo, pues todo lo que junte de los primeros años se lo regale a Nelson cuando volví a Chile. Vivo en La Serena desde entonces, 15 años en el Valle del Elqui y casi 15 aquí. Forme una numerosa prole y ya estoy casi con la tarea sacada, esperando despertar mi flauta y soplar y soplar. Bueno Edo, creo que te toca hacer las preguntas si es que tienes, pero como te dije al principio, celebro tu interés y buena voluntad, guardaré tu nombre y ya estas en mis pareces. Viva la musica!.

Te dejo de regalo para que busques en youtube Los hijos de Tintay, te gustaran...un abrazo, Nano.



(8 de agosto 2010)

Hola Edo...la santa paz, a buen entendedor pocas palabras y ya nos hemos puesto de acuerdo en varias, del Agua te cuento, desde el día que me fui, solo los he encontrado en ocasión de las visitas de Milton a Chile; Polo reside en Brasil y continua tocando con sus amigos, tengo mucho que contar pero depende de tus preguntas así que dejare que sea la divina providencia la que guíe nuestra conversación, se nota que eres hombre de bien y que el amor por la música es grande, así que veamos que se puede hacer de bueno, te parece ?, por mientras de regalo otra joya andina, Las Clavelitas de Surcubamba. Bueno, me despido, VIVA LA MUSICA!....Nano



(11 de agosto 2010)

Hola Edo, la santa paz...es difícil resumir pero como es un blog, no puede ser una historia, tratare de contestar tus preguntas y veamos como se ordena todo. Cierto, primero te confirmo que el de la foto soy yo, y quien toca en el vídeo también, a la vez te aviso que me hago cargo de todas y cualquier palabra que aquí te relate.

No tengo un orden cronológico preciso, pero si te cuento que pase varios años estudiando piano en mi infancia, en mi casa y familia todo es música, y entrando a la adolescencia me cambie a las flautas dulces y luego a la traversa. Me acuerdo que una tarde llego de visita una prima con su pololo llamado Polo, con quien hicimos inmediata amistad y resolvimos en ese mismo encuentro juntarnos a tocar y formar un grupo, cosa que hicimos desde ese mismo día. Al poco tiempo apareció Nelson, y ya eramos un trio y sonaba lindo, poco después se nos junto Oscar en Bolivia, para entonces ya estábamos de viaje “andinomistico” musical, y encontraríamos a Pedro en el Salvador de Bahía; ya no nos paraba nadie. Así fue que conocimos a Milton Nascimento, lo que fue un amor a primera vista, ò de oídas para ser exactos. Hasta entonces siempre fue nuestra manera de presentarnos al mundo como grupo Agua, sin explicitar la autoría de los temas, que aportaban Polo y Nelson, y que entre todos transformábamos en el sonido que tanto conmocionaba a las gentes. La entrada a la fama nos descoloco, no estábamos preparados para organizarla y administrarla y con el disco Geraes,el grupo Agua se evaporo...desde entonces cada uno siguió su camino y así como el río Amazonas tiene incontables recodos y territorios y riquezas naturales desconocidos, así también el futuro se presente engalanado de músicas vivas para este mundo tan humano y tan divino a la vez, este es mi recuento...me despido con cariño, Nano.



(12 de agosto 2010)

Holaaa!, la santa paz. Edo, también agradezco tu testimonio y definitivamente me caes bien, que bueno, y si, que maravilla como nos toco encontrar a través de la música a cada generación un atisbo de esos tiempos tremendos y maravillosos, historias de finis terra, que aun no terminan, en cuanto a nosotros pienso que el grupo Agua sin quererlo ni buscarlo encontró y lidio con un tesoro escondido en la selva del Ecuador, que encendió una potencia musical y espiritual o síquica de tal magnitud, que hasta ahora lamento no haber sido capaces de encausar, como te dije antes, ahora me siento como el río amazonas,que avanza hacia el mar pero con una trayectoria que solo se distingue desde arriba. Bueno,espero sigamos en contacto, es un gusto tratar contigo y bien sabe el Señor lo que hace sentado en su lugar. De regalo una canción que seguro conoces y a mi me alegra siempre, de Juan Luis Guerra, Viviré.


sábado, 7 de agosto de 2010

Agua: caudal latinoamericano

Llegaron en el verano de 1981 y todo Chile los pudo ver en febrero de ese mismo año por la televisión, en la llamada competencia folclórica del Festival de Viña. Cinco jóvenes de pelos largos y ropas blancas y sueltas como no era usual ver en la época, con charangos y mandolinas en las manos y unos al lado de otros sobre el escenario. Es la primera imagen a gran escala que hay de Agua, un grupo que como pocos en Chile expandió sus fronteras musicales y geográficas hasta llegar a Brasil y a tocar con un titán como Milton Nascimento. Todo eso ya era historia cumplida para ese regreso de 1981.

Agua se había formado en Santiago justo en 1973, y como muchos jóvenes de su generación –Agua, Llaima, Viento del Sur, más adelante Fusión Latina y Sol y Medianoche– respondieron con el viaje a la hostilidad ambiente en el Chile posterior al golpe militar. Fue un viaje sonoro y también literal. Como Los Jaivas, tomaron los instrumentos latinoamericanos para hacer su música. Pero además se arrojaron al camino a conocer de verdad esos paisajes, y Bolivia, Perú, Paraguay, Colombia y finalmente Brasil fueron sus destinos entre 1975 y 1976, antes de afincarse en ese último país.

Allí no sólo grabaron su primer disco, “Transparencia” (1978), sino cultivaron además la amistad de Milton Nascimento, siempre abierto a los sonidos de Sudamérica, de modo que Agua se escucha como invitado en el más popular disco del cantante mineiro, “Geraes” (1976), considerable proeza de su historia. “En realidad la proeza partió antes, al irse de Chile solos. A nosotros no nos ayudó nadie, no tuvimos el auspicio de organizaciones de ningún tipo”, recuerda Nelson Araya (voz y guitarra), integrante de la formación histórica del grupo junto a Leopoldo “Polo” Cabrera (voz y guitarra), Nano Stuven (flauta), Óscar “Ratón” Pérez (voz y guitarra) y, más adelante, Pedro Jara (percusión), Roberto Lacourt (saxo y flauta) y Marco Luco (bajo).

Para su regreso a Chile a fines de 1980 Agua trae un nuevo repertorio que va a incluir “Amanecida”, esa canción presentada en el Festival de Viña de 1981, y que dará forma a su segundo disco, esta vez publicado en su país natal: “Amaneceres” (1981). Con esa grabación queda redondeado un sonido hecho de instrumentos acústicos latinoamericanos como quena, zampoña, tiple, mandolina, charango, guitarra, bandurria peruana y viola caipira brasileña, y en canciones como “El colibrí”, “Transparencia”, “Sambeado” y la popular “La luna llena”, original de Nelson Araya y popularizada en 1982 en la versión de Miguel Piñera y Fusión Latina. La primera vida de Agua duró hasta 1981, pero hubo una nueva alineación en 1999 y, diez años más tarde, parte de este mismo repertorio vive en Transilvestre, el nuevo grupo formado por Nelson Araya junto a integrantes de otro grupo hermano, Viento del Sur. Tan próximo que el viernes 3 de julio a las 21 horas tocaron en la Sala El Rosario de la Corporación Cultural de Las Condes como parte del Festival Músicas del Mundo / Fuegos de invierno.

(David Ponce/El Ciudadano)